• 29/04/2024 00:00

La educación al consumidor

Es necesario educar a los consumidores, desde la niñez, en materia de sus derechos y deberes, brindándoles todas las herramientas para que puedan entender el funcionamiento del libre mercado y la influencia que pueden ejercer en beneficio de la economía familiar

A principios de la década del 90, cuando sonaba la famosa implementación de la desregulación del mercado para dar paso a la libre oferta y demanda, se creó una estructura encargada de educar y orientar a los consumidores dentro de la antigua Oficina de Regulación de Precios (ORP).

Aunque la eliminación de la ORP, estaba presente, no ocurrió inmediatamente. Sin embargo, los pasos necesarios para la apertura del mercado se daban paulatinamente. En medio de este panorama, se incrementaban las labores educativas, con miras a preparar a la población frente al cambio del sistema económico.

La educación al consumidor desempeñó un rol muy importante, para que estos ajustes económicos no fueran traumáticos para la población acostumbrada a la regulación de precios en casi todos los productos alimenticios, medicinales y otros. De esta manera, al crearse la Clicac (Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor) era prioridad educar, informar y orientar.

Esta acción es clave para crear una nueva generación de consumidores, que puedan hacer frente a las imperfecciones del mercado y manifestar su poder dentro del sistema del libre mercado.

Es necesario educar a los consumidores, desde la niñez, en materia de sus derechos y deberes, brindándoles todas las herramientas para que puedan entender el funcionamiento del libre mercado y la influencia que pueden ejercer en beneficio de la economía familiar. Solamente así se creará una nueva cultura de consumo.

Cabe destacar que, entre las funciones de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), se destaca la de brindar orientación e información a los consumidores, siempre con el interés superior de brindar educación al consumo.

Es necesario que antes de comprar un artículo comprobemos si podemos encontrarlo más barato en otro lugar. Comparando los precios de nuestras compras en diferentes establecimientos, podemos lograr un ahorro de dinero, que servirá para hacer frente a otros gastos. Es muy sencillo, si la compra se hace en un local comercial cercano, debemos diferenciar el precio al menos, entre dos o tres establecimientos, que vendan con las mismas características.

Vivimos en una sociedad consumista, donde a diario estamos expuestos a una serie de mensajes por diferentes medios, que nos incitan a comprar más y más. Por ello, para evitar caer en el consumo irresponsable, debemos estar seguros de la necesidad que tenemos de comprar determinado artículo.

El autor es comunicador social
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